El análisis es una parte del marketing que a veces puede pasar desapercibido. En cambio, se trata de una faceta imprescindible para la elaboración de una buena estrategia de marketing. En esta ocasión, te explicamos en qué consiste un benchmark, donde el análisis de la competencia juega un papel fundamental.
¿Qué es un benchmark en marketing?
Benchmark es una palabra inglesa que significa literalmente “punto de referencia”. El concepto se puede aplicar a múltiples disciplinas pero en esta ocasión nos centraremos en el significado que tiene dentro de una estrategia de marketing. Incluso en el campo de la comercialización existen diferentes tipos de benchmark. El más frecuente que consiste en la realización de un análisis de la competencia para medir el rendimiento de la empresa, producto o servicio que queremos comparar.
En cualquier caso, un benchmark en marketing implica comparar diferentes elementos para mejorar aquello que deseamos, bien sea un negocio, un producto, servicio o un departamento. Los datos de evaluación comparativa normalmente son ofrecidos por empresas de investigación que se dedican a ello.
Tipos de benchmark en marketing
Veamos los diferentes tipos que se aplican en marketing, profundizando un poco más en el concepto:
Análisis de la competencia o benchmark externo
El análisis de la competencia es el más habitual tal como adelantábamos. Por eso, cuando hablamos de benchmark en marketing, solemos referirnos a éste. Es también conocido como externo porque se compara la situación de diferentes empresas de la competencia. En él es común utilizar la herramienta DAFO, que sirve para detectar Debilidades, Amenazas, Fortalezas y Oportunidades.
El análisis de la competencia nos ayuda a mejorar nuestra estrategia de marketing para diferenciarnos en el sector. Por supuesto, este tipo de benchmarking no se realiza para copiar o plagiar a la competencia, sino para obtener ideas y ofrecer una imagen de marca positiva, definir tus propios valores , en general, todo tu branding.
Análisis departamental o benchmark interno
A veces lo que se quiere comparar es la situación de diferentes áreas dentro de una misma empresa. Por ejemplo, podemos analizar el rendimiento de los vendedores de nuestro negocio que trabajan en diferentes zonas geográficas.
Análisis de éxito o benchmark funcional
En este tipo de benchmarking se realiza una comparación de nuestra empresa con ejemplos de éxito de otros sectores, pero que están fuera del círculo de competidores directos. El análisis de éxito tiene la finalidad de comprobar qué iniciativas, negocios, políticas o sistemas presentan un comportamiento más adecuado para un fin determinado. En definitiva, se tienen como referencia productos o técnicas exitosas para mejorar nuestra estrategia de marketing.
Análisis completo o benchmark integral
Este tipo de benchmark engloba los tres tipos anteriores, dándonos una visión comparativa muy completa de la situación en que nos encontramos con respecto a nuestros competidores.
¿Cómo hacer un benchmark?
Si quieres llevar a cabo un proceso de benchmarking en tu empresa, los pasos siguientes son la guía perfecta:
1. Define tus objetivos
En primer lugar, debes tener claro qué quieres conseguir para saber qué tipo de análisis es más interesante para ti. Además debes tomar la decisión sobre qué KPIs son necesarios.
2. Identifica la competencia
La realización de un buen análisis requiere saber perfectamente quién es nuestra competencia directa e indirecta. Si el ámbito de competidores es demasiado amplio es posible que sea preciso hacer una selección de los principales para que sea abarcable.
3. Mide los KPIs definidos
El siguiente paso consiste en extraer los datos que nos van a resultar más útiles para nuestro análisis. Para ello, debemos definir los Key Performance Indicators, archiconocidos como KPIs, las variables que vamos a medir para generar una estrategia de marketing.
4. Analiza la información
Este punto es quizás el más importante. Estamos ante un análisis de los datos que hemos extraído anteriormente para obtener conclusiones. Después, tenemos que comparar la información con la de la competencia y centrarnos en definir las posibles mejoras para nuestro negocio.
5. Aplica las conclusiones
Por último, aplica las mejoras que hemos detectado como necesarias a raíz del análisis. Estas deben ser factibles y medibles. Y, tras su puesta en marcha deberemos analizar los resultados para comprobar si gracias a ellas hemos conseguido los objetivos propuestos.
¿Esperabas que la competencia te podía dar tanta información útil? ¡Así es! No nos van a contar sus secretos, pero podemos descubrir buena parte de ellos a través de un buen benchmark.
